viernes, 30 de noviembre de 2007

BaJo AmEnAzA dE vIdA

Justo ahora cuando me encuentro sin tiempo y sin palabras leo esto.... Una descripcion perfecta de lo ke siento. El autor es Mario Melendez.

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Una mañana salí de mi tumba y grité
"No escribiré otra línea jamás"
y las palabras saltaron de sus asientos
a protestar por lo que ellas creían injusto

Viendo que no obtenían respuesta
se juntaron en secreto durante largas horas
resolviendo por fin declararme la guerra
Como primera medida se tomaron mi casa
echaron llave a mi pieza y a mis muebles
se apoderaron de mis juguetes
mis libros, mis papeles
rayaron las murallas acusándome de cobarde
y firmaron una larga lista
para expulsarme del gremio

Viendo que tampoco obtenían respuesta
acordaron una huelga de hambre y de sed
y me advirtieron que sería
hasta las últimas consecuencias
no sin antes, por supuesto
pedirme algunas frazadas
para cubrirse del frío y del viento
y el antiguo tocadiscos de mi padre
para escuchar sus temas preferidos

Yo mientras tanto me divertía a más no poder
con las travesuras de la Pantera Rosa
y bebía cerveza y fumaba a destajo
recostado sobre el sofá más cómodo del planeta
Pero de vez en cuando echaba un vistazo
a mis queridas compañeras de ruta
y las oía hablar en voz baja
las oía llorar y reír entre ellas
recordar lejanos lugares, lejanos objetos
recordar algunos rostros
una mujer, un beso, una mirada
una sonrisa que se apagó para siempre

Entonces yo también lloré y reí

y volví a llorar
y quise amigarme con ellas
llevándoles algunas disculpas
y uno que otro refrigerio
Grave error
las malditas me dijeron de todo
Probé suerte de nuevo unos días más tarde
les hablé sobre mi vida
sobre mis dudas, mis temores
sobre la fija idea de dedicarme a otra cosa
en fin, de arrojar la toalla

Entonces las palabras más viejas
las más usadas, las más escritas
aquéllas que abrazaron mi causa a ojos cerrados
se sentaron en mis rodillas
y en voz alta, casi entre lágrimas
comenzaron a decir mis poemas a los cuatro vientos
Y allí me quedé en silencio escuchando aquel murmullo
aquel sonido de hojas que jamás tocó la tierra
Allí me quedé en silencio y me vi por primera vez
en esos versos desnudos, en esos versos hambrientos
en los publicados, los inéditos, los incompletos
los que ya no recordaba o no quería recordar

Allí me vi por primera vez
cuando ellos me miraron a los ojos
y me mostraron sus alas para volar por el mundo